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La danza comienza.
Cadencia torbellina
sometida a la gravedad.
La tercera vértebra se quiebra.
Las cabezas se unen para formar
una serpiente bicéfala que
entrelaza manos sobre sus espaldas y la panza.
giran,
giran,
giran.
Aflojan articulaciones.
¡Vuelan!
… y caen.
Vuelven a danzar.
Oscilaciones grotescas de un cuerpo sin carne
de donde ambas piernas se desploman.
El tronco empieza a llenarse de aire.
Todo se desvanece mientras
cuatro brazos huyen sobre sus palmas.
Un delirio que se eleva
con densidad de humo.
Varios dedos que se escurren, babeantes,
por una brecha de piernas.
La música…
stop,
el eclipse ha terminado.