27 febrero 2008

Cripta traspapelada

Esperando tu muerte, mi muerte, Muerte lenta, Muerte continua, cálida, delgada, ¿mortal?. Muerte Negra, algunas veces mestiza. Muerta de risa, de dolor, de llanto pero no creo que de amor. Hoy espero mi muerte, a ti, muerte ridícula, por la hora que me colgaste en el pecho. ¿Acaso la perdiste?
 
Aquí yace quien en vida fuera madre, esposa y refinada ciudadana de bien. Una mujer de fecunda bondad y elevado corazón, cuya correcta moral jamás fue objetada. Nadie puede hablar de sus pecados. Hoy creo que jamás ostentó alguno. esta mujer, cuyo rostro pronto reconoceremos entre la multitud divina, fue una de las almas más elevadas de la comarca, portadora de las palabras medidas, del aliento inspirador. Jamás supo de rencores ni odios. Siempre estuvo ahí para extender sus manos al necesitado, para tender su cobijo y amor sin esperar nada a cambio. ¡Oh Señor, qué desgraciados nos haces al habértela llevado! ¿por qué nos abandona cuando más la necesitabamos?.¡ Oh señor, tú que sabes de justicia, danos el consuelo que hoy necesitamos! porque al no tenerla más con nosotros sabemos que TÚ nos has abandonado.

22 febrero 2008

Êléktra 2

MARLON BRANDON (3 de Abril de 1924 - 1 de Julio de 2004)

20 febrero 2008

En esta noche de Eclipse

Aunque el cielo de esta tierra no quiere abrirse para que yo lo disfrute, esta noche esperaré con ansias a que la luna sea devorada por los arrebatos voluptuosos del Sol. Una noche ideal para esta hija de la Luna...
Maithuna (Octavio Paz)
Mis ojos te descubren Desnuda Y te cubren Con una lluvia cálida De miradas
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Una jaula de sonidos Abierta En plena mañana Más blanca Que tus nalgas En plena noche Tu risa O más bien tu follaje Tu camisa de luna Al saltar de la cama Luz cernida La espiral cantante Devana la blancura Aspa Fijeza plantada en un abra
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Mi día En tu noche Revienta Tu grito Salta en pedazos La noche Esparce Tu cuerpo Resaca Tus cuerpos Se anudan Otra vez tu cuerpo
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Hora vertical La sequía Mueve sus ruedas espejeantes Jardín de navajas Festín de falacias Por esas reverberaciones Entras Ilesa En el río de mis manos
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Más rápida que la fiebre Nadas en lo oscuro Tu sombra es más clara Entre las caricias Tu cuerpo es más negro Saltas A la orilla de lo improbable Toboganes de cómo cuando porque sí Tu risa incendia tu ropa Tu risa Moja mi frente mis ojos mis razones Tu cuerpo incendia tu sombra Te meces en el trapecio del miedo Los terrores de tu infancia Me miran Desde tus ojos de precipicio Abiertos En el acto de amor Sobre el precipicio Tu cuerpo es más claro Tu sombra es más negra Tú ríes sobre tus cenizas
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Lengua borgoña de sol flagelado Lengua que lame tu país de dunas insomnes Cabellera Lengua de látigos Lenguajes Sobre tu espalda desatados Entrelazados Sobre tus senos Escritura que te escribe Con letras aguijones Te niega Con signos tizones Vestidura que te desviste Escritura que te viste de adivinanzas Escritura en la que me entierro Cabellera Gran noche súbita sobre tu cuerpo Jarra de vino caliente Derramado Sobre las tablas de la ley Nudo de aullidos y nube de silencios Racimo de culebras Racimo de uvas Pisoteadas Por las heladas plantas de la luna Lluvia de manos de hojas de dedos de viento Sobre tu cuerpo Sobre mi cuerpo sobre tu cuerpo Cabellera Follaje del árbol de huesos El árbol de raíces aéreas que beben noche en el sol El árbol carnal El á rbol mortal
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Anoche En tu cama Éramos tres: Tú yo la luna
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Abro Los labios de tu noche Húmedas oquedades Ecos Desnacimientos: Blancor Súbito de agua Desencadenada
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Dormir dormir en ti O mejor despertar Abrir los ojos En tu centro Negro blanco negro Blanco Ser sol insomne Que tu memoria quema (Y La memoria de mí en tu memoria
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Y nueva nubemente sube Savia (Salvia te llamo Llama) El tallo Estalla (Llueve Nieve ardiente) Mi lengua está Allá (En la nieve se quema Tu rosa) Está Ya (Sello tu sexo) El alba Salva

15 febrero 2008

Quien fue desterrada (versión 2)

Enmarcado dentro de una tradición judeocristiana, decir mujer es decir pecado, muerte, trasgresión, vida y creación. Mucho antes de que la tinta de las primeras páginas del Génesis se secara, el hombre conoció la historia de la mujer pecadora, la desterrada, la transgresora. Era la historia de Lilith, la primera mujer de Adán, la que como él, había nacido de la tierra con la añadidura del fango y la suciedad. Lilith, la loba, pariente de Hécate, la devoradora de hombres y de niños, fue capaz de abandonar las comodidades del paraíso terrenal, condenándose al destierro y a la maldición del Dios-Hombre, con tal de ser libre y contestaría ante la sumisión sexual y simbólica planteada por Adán ¿Quién puede desear el paraíso cuando se es dueña de los secretos del Averno y la oscuridad?, eso que los hombres tanto temen y que las mujeres conocemos muy bien.

Recorriendo el innegable sentido patriarcal del Génesis bíblico, las mujeres también podemos señalarnos como herederas del destierro de Eva, la madre original, recordada como la poseedora de la tentación, instrumento del demonio, fruto que condenó al “inocente” hombre al pecado. Eva, la contrariada hija de hombre, fue ultrajada con su nacimiento del principal atributo femenino: la creación. Sobre estas cimientes de tradición masculina se forjó una sociedad desmemoriada, condenada a la culpa por el pecado, temerosa del instinto, la sombra, y todo lo desconocido. La identidad de occidente se escribió con letra de hombre donde la mujer ha tenido que buscar su reflejo, desconociendo su propio poder y naturaleza sagrada, en un espejo masculino, andando entre carteles de delicadeza, pasividad y debilidad.

Sólo el arte podía comprender su naturaleza, su cercanía a lo femenino está en el poder de la creación, y con él la proximidad al cuerpo de mujer; el mismo, que por costumbre y belleza, entre artistas femeninos y masculinos, parecía ser el predilecto. Pero aún así, seguía respondiendo a un universo extraño, casi de contemplación. Porque, lo que aparece en el hombre como un vehículo técnico, próximo al espíritu, en la mujer es territorio propio, ya que crear en ella es un acto física y psíquicamente vinculado con su totalidad, transformándola en el ser humano más humano, más físico, pues vive inmediatamente ligado a su cuerpo y a su psiquis.

Es en ese instante cuando en la mujer renace el espíritu olvidado de Lilith y Eva como guías en el (re)conocimiento de sí misma. Y con ellas, aparecen las rarezas, aquellas que son capaces de vivir, sentir y crear con el poder de la fecundidad original. Las verdaderas mujeres artistas, aunque llamarlas artistas sería redundar en su carácter creador, son aquellas que han encontrado su reflejo de diosa, su identidad, las que se expresan como mujeres, no desde una “posición biológica y natural”, sino, como dice Iris Závala, desde “una posición discursiva (…) del lenguaje”. Porque las mujeres hablamos y creamos como mujeres. Y entre ellas es que el universo artístico de Elsa Sanguino se me muestra luminoso. En su obra lo femenino se apodera de cada vértice, del hoy, del mañana, con una forma descarnada donde la identidad se alimenta de la vida misma, donde la piel abandona la carne y se traslada al lienzo, al papel o a la arcilla, materia orgánica que se enlaza con lo primigenio, lo olvidado; y que finalmente, junto a los sexual, lo físico y psíquico, la transforman en sacerdotisa, en diosa, en ser humano.

14 febrero 2008

Hoy no voy a levantarme de la cama

Hoy para mi no hay celebraciones, por primera vez he de decantar las maldiciones que llevo sobre mi cabeza en estas líneas, tratando de que pasen a ustedes y que así mis pecados sean absueltos. Hoy ni siquiera pretendo fijarme en la ortografía, en mis errores escritos y pasados, de aquello que dije pero que jamás debió salir de mis labios. Hoy lanzo mil maldiciones al aire por traerme recuerdos y malos entendidos, por hacerme débil, por "dar cabeza", por la maldición de creer. Hoy es uno de esos días que no me interesa salir de la cama, en los que miro a la gente por encima del hombro, en los que no quiero mirar ojos, ni rostros, solo pieles, zapatos y licor. Maldito sea este día... maldita tu suerte, tus entrañas, tu voz. Odio las promesas, las palabras empeñadas, los pajaritos preñados, las rosas rojas, pero jamás pienses que odiaré el chocolate... Hoy creo en mi, y en más nadie....

12 febrero 2008

Orfeo

Camino en silencio:
buscándote;
desciendo al infierno:
llamándote...
¿amándote?
El sacrificio perdona las culpas,
lava el dolor,
Tu boca absuelve el pecado.
No me interesa.
Aún soy vagabundo
sin rumbo,
sin llegada,
sin camino,
con un cuerpo que aún
continúa mutilado.