13 junio 2008

Del amor y las malas costumbres

I PARTE

Amar es el acto generoso de los cuerpos que se unen entre un aparente arrebato con la gloria. Según dicen , al amor le debemos la existencia humana porque, aparentemente, en él confluyen ciertos elementos que determinaron la multiplicación de la especie. Se upone que porr amor que nacimos, que por él el hombre elevó su rango vital para trascender en la vida; pero, es más seguro que tu nacimiento se debió a la costumbre, o a la necesidad, que como consecuencia del sentimiento que se ha transformado en la mayor excusa para escritores, poetas, guionistas de teleculebrones, cantantes de pop y demás incrédulos que osan hablar en su nombre.

Amar es la facultad próxima para acabar con tu ser. Amar es un acto de riesgo, de sacrificio, auto-mutilación; un evento que está más cercano a la muerte que a la vida.

Los riesgos del amor asaltan el camino a una supuesta gloria, porque se encuentra al otro lado de puentes ajenos: los cuerpos de otros. Cuando tu existencia depende de tu semejante gestas un penoso retroceso de tu humanidad. Y sí, sólo puede ser pena y dolor el hecho de que tu presencia se dibuja en el encuentro con el otro. La individualidad no existe en el amor, porque este en sí mismo, cual hoguera de expiación, condena al ser. Este es el riesgo del amante: olvidarse, desaparecer, dejar de existir y transformarse en otra célula del cuerpo que será receptáculo de sus más variadas pasiones.

Amando se mata al amante. Aparece el monstruo verde de los celos, la ira, la posesión, la lujuria, la locura. El amante es perverso porque pervierte el cuerpo del otro cuando lo trasnforma en objeto. Amar te duele dentro, porque su reino es el de las entrañas, donde reside nuestra animalidad más profunda.

Y a pesar de todo, nos gusta amar.

(continuará...)

02 junio 2008

Êléktra 4



Robert John Downey, Jr.

4 de abril de 1965