03 noviembre 2010

Quiero

Hoy me levanté con enormes ganas de hacer el amor, contigo.
De desnudarnos, anudarnos y amarnos como antes… como siempre. Hoy, quiero volver a creer que nos deseamos, que somos cuerpos sin dueños, simplemente un par de seres que se tienen ganas.
Hoy quiero enamorarme de ti, creer que soy la única en tu vida, amarte cual adolescente.
Tengo ganas… de odiarte, de saber que me engañas, que me mientes, que eres esclavo de tus ofensas; en fin, tengo ganas de despecho, de alcohol a media luz, de infortunios y vacíos…
¡Sentir!
Con el paso de los años la piel pierde elasticidad y memoria de sensaciones. Hoy ni siquiera la palabra amor se queda en ella. Punto de no retorno, abismo de la insensibilidad rebosada… desalmada.

01 noviembre 2010

Lobo

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Aferrado,

como un niño al pecho de su madre,

te sostienes al cuerpo de una mujer.

Los cazadores no saben de olvido,

cobijan sus años con pieles de presas nuevas

utilizan la luna para guiarse

entre la espesura de oscuras melenas.

Eres el último de tu raza.

Aprendiste entre esclavos malayos

que la mejor forma para espantar olores

es colocar tu lengua encima del pecho de una hembra,

varias veces lo has intentado,

la llaga retorna,

el almizcle que alojaban aquellos muslos

vuelve a brotar.

Coges el cuchillo,

Abres la pierna y el pecho,

sacas lo que queda.

Los ojos se parten

y en tu boca

una oración entona.

Expiación.

28 agosto 2010

Melancolía

20060205112048-modiglianiCargo una melancolía de huesos,

dura y pesimista,

escondida bajo las uñas,

de esas que obliga a llevar

las manos en los bolsillos.

Sueño.

Hasta parece que huye

en el agua que escupo,

en el cigarro que fumo.

Pero no,

continúa ahí, latente,

asechando tras cada pliegue,

dispuesta a reaparecer.

Temo.

Aprieto fuertemente los puños;

si no ha de soltarse

por lo menos puedo ahogarla.

Tomo las calles.

A la melancolía hay que cansarla,

ponerla a dieta,

comprarle ropa,

llevarla al psicólogo.

Duele.

Ni muere ni cambia de look.

Produce cólicos de llanto,

espasmos de sentires,

fiebre de recuerdos,

dolores prementales.

Para espantarla coloco compresas

de piel caliente sobre la espalda,

tomo infusiones de fe,

de lo que puedo haber sido y no fue,

entono oraciones de culpa,

resignación y perdón.

Nada.

Sólo olvido.

ASPASIA

06 agosto 2010

Script o el masoquista cinematográfico

WilsonPlushbr8inchGrumpsterEdition_large_image1_9848

Términos como armonía, ritmo, movimiento o silencios, podrían adjudicarse exclusivamente al mundo musical; mas, para nuestra fortuna, pertenecen a la universalidad del hombre como parte del latir interno de su existencia y cuya manifestación, más próxima y tangible, es la creación: el arte. Como si fuera una sinfonía, la creación necesita individuos que sepan (re)conocer la constitución interna de una obra, cuál es su lenguaje, cuáles son las herramientas adecuadas para su máxima expresión y provecho; alguien que sepa mantener el silencio o denunciar el ruido, ser memoria y testigo de lo que, algunas veces sin ser obra propia, pertenece a la unidad expresiva de un hombre o varios; y en el campo de la cinematografía ese papel está reservado al Script.

Script, personaje peculiar asociado tradicionalmente a la “minuciosidad” femenina. Encargado de mantener la “objetividad” visual e interna de la creación cinematográfica. Piedra en el zapato de la improvisación y la falta de memoria. Cuaderno de notas humano a quien se acude ante, durante y después de un rodaje. En fin, aquel o aquella que se transforma en conector a tierra mientras el director, camarógrafo, director de fotografía, actores y/o cualquier otro “artista” hecha a volar la imaginación.

El script sabe de todo y todos saben que él sabe, por ello le adjudican características como: temple, carácter, buena memoria, bonita letra y, aunque no se dice a viva voz, paranoia. Posiblemente sea el más estresado y autocrítico de quienes laboran en una grabación pero quien al final puede respirar en paz cuando su trabajo casi roza en lo perfecto… y ¿aún me preguntas porqué quiero ser script?.

Oraciones para una pagana inmoral


images3En mi religión entonamos tangos y boleros,
comulgamos con el cuerpo del otro y el ron,
por el tiempo que dure. Amén



En el nombre de La Lupe, Mae West y Callas.
Amén

Padre Sade que estás en el suelo, santificada sea tu piel, venga a nosotros tu perverso infierno, hágase tu voluntad, acá en la pierna como en el fierro. Danos hoy nuestro culo de cada día, No perdones nuestras inocencias como tampoco perdonaremos a los inocentes. Déjanos caer en tentación, y líbranos del bien moral. Amén

21 abril 2010

El Informe

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¿De todas las cosas que podía ocurrir hoy, porqué tenía que olvidarme del informe si lo había dejado encima de la mesa? Y pa’ colmos, mi gran bocota que prometió entregarlo esta tarde. Otra vez una llamada pérdida, ¡que se joda!, si pregunta le diré que no lo escuché. Mierda, que calor hace. Coño, tú sí que tienes bolas de colearte ¡Sáquelo señora, es un coleado! Al fin... ¡No empuje, vieja gorda! No joda, parada y con esta peste al lado, ¡viejo cochino!... Coño’elamadre, carajito, pisa cinco centímetros más abajo. Otra llamada pérdida, ¿acaso no hay nadie en esa oficina qué arregle las vainas?... Tengo una hora para llegar y volver con el maldito informe. ¿Por qué no lo guardé en el correo? ¡Mierda! ¿Pero qué es este olor? Es horrible. Me duelen los pies. ¡No joda! De regreso agarro un taxi. Permiso, permiso, ¡quítese vieja gorda! ¿Otra llamada más? ¡Jódanse! ¡Guácala! aún siento el olor de ese viejo, a pescado podrido… a… ¡Asco!. Las llaves, ¿dónde coños metí las llaves? ¿Dónde está la mierda esa? Ajá… está bien… completo… ¡No joda, no aguanto éste olor! ¿Qué demonios es lo que pasa? ¿Se me pegó en la ropa?... ¡Coño, que se jodan!...llegaré tarde, necesito quitarme ésta mierda… bañarme. Listo… estas bragas se ven muy bien, razón tiene Pablo al decir que porto un culo con personalidad. ¿Qué? aún… ¿qué vainas es pues?... ¿y el perfume? no, mierda ahí está, sigue ahí, debajo de la nariz, en las manos, en el cuello, en todos lados… no es la ropa. ¡Maldito viejo! Agua, está ahí, más agua, debajo de la piel, jabón, ¡salte, maldita sea, salte!... No se quita, mierda pero no se quita… ¡Coño!... Aló, Matilde. No, olvida el maldito informe, no iré a la oficina.