Cargo una melancolía de huesos,
dura y pesimista,
escondida bajo las uñas,
de esas que obliga a llevar
las manos en los bolsillos.
Sueño.
Hasta parece que huye
en el agua que escupo,
en el cigarro que fumo.
Pero no,
continúa ahí, latente,
asechando tras cada pliegue,
dispuesta a reaparecer.
Temo.
Aprieto fuertemente los puños;
si no ha de soltarse
por lo menos puedo ahogarla.
Tomo las calles.
A la melancolía hay que cansarla,
ponerla a dieta,
comprarle ropa,
llevarla al psicólogo.
Duele.
Ni muere ni cambia de look.
Produce cólicos de llanto,
espasmos de sentires,
fiebre de recuerdos,
dolores prementales.
Para espantarla coloco compresas
de piel caliente sobre la espalda,
tomo infusiones de fe,
de lo que puedo haber sido y no fue,
entono oraciones de culpa,
resignación y perdón.
Nada.
Sólo olvido.
ASPASIA
6 Íncubos o Súcubos:
ayyyyy... me has sacado un quejido muy sincero, amiga... se me ha pegado esa viscosa melancolía a la piel... miro el sol por la ventana, el canto de los pajaritos me calma por un rato... gracias... un abrazo...
es que, por si fuera poco, a veces es contagiosa ...
Me gusta mucho. Tiene sonido de aguacero lejano, calor de abrazos extraviados.
En buena hora llegar a este lugar, tienes tal como Aspasia una profundidad en las palabras a tla punto, que mi piel sabe erizarse a cada bamboleo de los ojos...me quedaré un rato largo a rumiarte, un verdadero y exquisito placer.
Bienvenida seas! Puedes quedarte todo lo que quieras, eso sí, bajo tu propio riesgo :D
saludos.. para esa melancolía espesa/pesada.. que cargas esta vez..
So
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