27 febrero 2008

Cripta traspapelada

Esperando tu muerte, mi muerte, Muerte lenta, Muerte continua, cálida, delgada, ¿mortal?. Muerte Negra, algunas veces mestiza. Muerta de risa, de dolor, de llanto pero no creo que de amor. Hoy espero mi muerte, a ti, muerte ridícula, por la hora que me colgaste en el pecho. ¿Acaso la perdiste?
 
Aquí yace quien en vida fuera madre, esposa y refinada ciudadana de bien. Una mujer de fecunda bondad y elevado corazón, cuya correcta moral jamás fue objetada. Nadie puede hablar de sus pecados. Hoy creo que jamás ostentó alguno. esta mujer, cuyo rostro pronto reconoceremos entre la multitud divina, fue una de las almas más elevadas de la comarca, portadora de las palabras medidas, del aliento inspirador. Jamás supo de rencores ni odios. Siempre estuvo ahí para extender sus manos al necesitado, para tender su cobijo y amor sin esperar nada a cambio. ¡Oh Señor, qué desgraciados nos haces al habértela llevado! ¿por qué nos abandona cuando más la necesitabamos?.¡ Oh señor, tú que sabes de justicia, danos el consuelo que hoy necesitamos! porque al no tenerla más con nosotros sabemos que TÚ nos has abandonado.

0 Íncubos o Súcubos: