10 agosto 2009

Demasiadas palabras

Desprendo la cortina que cubre mi ignorancia,

esa sombra desquiciada capaz de solapar la esclavitud a la que me someto.

El sueño muestra la renovación del mañana que espera en la puerta:

Aquella mirada perdida a través de un agujero de conejo,

un vehículo sin ruedas,

un pasajero distraído,

la señal escrita del tiempo olvidado,

sólo hay que comenzar… ya es la hora.

… /…

Estoy olvidando la necesidad de sobrevivir atada a la eterna permanencia de tu recuerdo,

cinco minutos de espera y toda una vida para volver a pronunciar tu nombre.

… /…

¿Hasta cuándo maldecir tu nombre?

… /…

Señor ¿usted verdaderamente conoce de agonías?

Usted que contó las horas de mi retorno,

Usted que fumando espera en el pórtico y en el desván ,

Usted señor, usted que conoce de finales

¿sabe acaso el significado de volar?.

No me responda,

es fácil intuir que conoce más de conceptos que de incertidumbres,

yo que pensaba que la ebriedad era por el alcohol;

jamás caí en cuenta que se puede estar ebrio de razón.

ASPASIA

6 Íncubos o Súcubos:

Céu dijo...

Estaba viniendo, y digo adónde se metió, menos mal...y qué sorpresa! Un escrito lleno de cuestiones viscerales. Que buen regalo para tus lectores.
Parabens por el retorno airoso.
Un abrazo,
Céu

La Hetaira dijo...

para que no te olviden del todo siempre hay que dejar algún rastro, alguna pista que diga que aún existes... gracias por permanecer

Eduardo Roberto dijo...

me ha atrapado tu "hablar" poetico, con ese velo casi imperceptible de fastidio (especialmente en la última) que ha hecho de la lectura de todo estos pensamientos algo vívido, al alcance de mi sensibilidad. mi admiración y aplauso. P:D No pude imaginar en su oportunidad que "susurros" era la metáfora de "comentarios", pero en fin, a todo poeta hay que permitirle
sus licencias, pero creo que la respuesta está en el "vuelo" del escritor y en el "caminar" del lector,...opto por la primera.

La Hetaira dijo...

creo que las licencias que acá hemos de darnos no son más que fruto de la relación íntima que debe existir entre el lector y el escritor... será el lector quién decida si lo suyo han de ser "susurros" o gritos poderosos de reclamo y afinidad; mas sea lo que sea es delcioso ver cómo tus palabras van dejando de ser tuyas para pertenecer a otros.
Bienvenido a mi mundo!

Alberto dijo...

perderse en palabras como prolegomenos necesarios al encuentro de las pieles, del roce mientras las palabras se transforman en susurros ...y las pieles se humedecen...


También me gusta "el lado oscuro del corazón"

Eugenio Miranda dijo...

Mira vale que bello el blog que se llama El Bolso de Emma. Excelente, alientos y combustible para que sigas.