27 julio 2007

Instante (mi vida con Girondo)

Un hombre y una mujer se presienten, se miran, se reconocen, se desean, han estado esperando el uno por el otro, se huelen, se sienten, se acercan, sus miradas se entrecruzan, sus pieles claman por el roce, se necesitan, se quieren, se desesperan, nada está prohibido, son libres, ella y él, él y ella, sus bocas se funden, sus lenguas revolotean sin pudor, el sudor envuelve cada recodo de sus cuerpos, se acarician, se entregan, se penetran, han revivido para este encuentro, se buscan, se hallan, se acuestan y vuelan, se saben eternos porque son eternos, se lamen, se muerden, se arañan, se lastiman, cambian de piel y se pierden, regresan y se mezclan, se tocan, se respiran, se miden, se acoplan, nacen y mueren, se callan, se separan y desaparecen. La luna llora la suerte de ambos, quizás en una próxima vida puedan coincidir, sólo queda la esperanza de un nuevo sueño. Nota: Desde hace varias noches esta historia se repite una y otra vez...

1 Íncubos o Súcubos:

Francisco Pereira dijo...

En voz baja a tus oidos; "Me has hecho revivir una realidad que se convirti� en triste sue�o. Hermoso. �Gracias!"