03 noviembre 2010
Quiero
01 noviembre 2010
Lobo
Aferrado,
como un niño al pecho de su madre,
te sostienes al cuerpo de una mujer.
Los cazadores no saben de olvido,
cobijan sus años con pieles de presas nuevas
utilizan la luna para guiarse
entre la espesura de oscuras melenas.
Eres el último de tu raza.
Aprendiste entre esclavos malayos
que la mejor forma para espantar olores
es colocar tu lengua encima del pecho de una hembra,
varias veces lo has intentado,
la llaga retorna,
el almizcle que alojaban aquellos muslos
vuelve a brotar.
Coges el cuchillo,
Abres la pierna y el pecho,
sacas lo que queda.
Los ojos se parten
y en tu boca
una oración entona.
Expiación.
28 agosto 2010
Melancolía
Cargo una melancolía de huesos,
dura y pesimista,
escondida bajo las uñas,
de esas que obliga a llevar
las manos en los bolsillos.
Sueño.
Hasta parece que huye
en el agua que escupo,
en el cigarro que fumo.
Pero no,
continúa ahí, latente,
asechando tras cada pliegue,
dispuesta a reaparecer.
Temo.
Aprieto fuertemente los puños;
si no ha de soltarse
por lo menos puedo ahogarla.
Tomo las calles.
A la melancolía hay que cansarla,
ponerla a dieta,
comprarle ropa,
llevarla al psicólogo.
Duele.
Ni muere ni cambia de look.
Produce cólicos de llanto,
espasmos de sentires,
fiebre de recuerdos,
dolores prementales.
Para espantarla coloco compresas
de piel caliente sobre la espalda,
tomo infusiones de fe,
de lo que puedo haber sido y no fue,
entono oraciones de culpa,
resignación y perdón.
Nada.
Sólo olvido.
ASPASIA
06 agosto 2010
Script o el masoquista cinematográfico
Términos como armonía, ritmo, movimiento o silencios, podrían adjudicarse exclusivamente al mundo musical; mas, para nuestra fortuna, pertenecen a la universalidad del hombre como parte del latir interno de su existencia y cuya manifestación, más próxima y tangible, es la creación: el arte. Como si fuera una sinfonía, la creación necesita individuos que sepan (re)conocer la constitución interna de una obra, cuál es su lenguaje, cuáles son las herramientas adecuadas para su máxima expresión y provecho; alguien que sepa mantener el silencio o denunciar el ruido, ser memoria y testigo de lo que, algunas veces sin ser obra propia, pertenece a la unidad expresiva de un hombre o varios; y en el campo de la cinematografía ese papel está reservado al Script.
Script, personaje peculiar asociado tradicionalmente a la “minuciosidad” femenina. Encargado de mantener la “objetividad” visual e interna de la creación cinematográfica. Piedra en el zapato de la improvisación y la falta de memoria. Cuaderno de notas humano a quien se acude ante, durante y después de un rodaje. En fin, aquel o aquella que se transforma en conector a tierra mientras el director, camarógrafo, director de fotografía, actores y/o cualquier otro “artista” hecha a volar la imaginación.
El script sabe de todo y todos saben que él sabe, por ello le adjudican características como: temple, carácter, buena memoria, bonita letra y, aunque no se dice a viva voz, paranoia. Posiblemente sea el más estresado y autocrítico de quienes laboran en una grabación pero quien al final puede respirar en paz cuando su trabajo casi roza en lo perfecto… y ¿aún me preguntas porqué quiero ser script?.
Oraciones para una pagana inmoral
En el nombre de La Lupe, Mae West y Callas.
21 abril 2010
El Informe
¿De todas las cosas que podía ocurrir hoy, porqué tenía que olvidarme del informe si lo había dejado encima de la mesa? Y pa’ colmos, mi gran bocota que prometió entregarlo esta tarde. Otra vez una llamada pérdida, ¡que se joda!, si pregunta le diré que no lo escuché. Mierda, que calor hace. Coño, tú sí que tienes bolas de colearte ¡Sáquelo señora, es un coleado! Al fin... ¡No empuje, vieja gorda! No joda, parada y con esta peste al lado, ¡viejo cochino!... Coño’elamadre, carajito, pisa cinco centímetros más abajo. Otra llamada pérdida, ¿acaso no hay nadie en esa oficina qué arregle las vainas?... Tengo una hora para llegar y volver con el maldito informe. ¿Por qué no lo guardé en el correo? ¡Mierda! ¿Pero qué es este olor? Es horrible. Me duelen los pies. ¡No joda! De regreso agarro un taxi. Permiso, permiso, ¡quítese vieja gorda! ¿Otra llamada más? ¡Jódanse! ¡Guácala! aún siento el olor de ese viejo, a pescado podrido… a… ¡Asco!. Las llaves, ¿dónde coños metí las llaves? ¿Dónde está la mierda esa? Ajá… está bien… completo… ¡No joda, no aguanto éste olor! ¿Qué demonios es lo que pasa? ¿Se me pegó en la ropa?... ¡Coño, que se jodan!...llegaré tarde, necesito quitarme ésta mierda… bañarme. Listo… estas bragas se ven muy bien, razón tiene Pablo al decir que porto un culo con personalidad. ¿Qué? aún… ¿qué vainas es pues?... ¿y el perfume? no, mierda ahí está, sigue ahí, debajo de la nariz, en las manos, en el cuello, en todos lados… no es la ropa. ¡Maldito viejo! Agua, está ahí, más agua, debajo de la piel, jabón, ¡salte, maldita sea, salte!... No se quita, mierda pero no se quita… ¡Coño!... Aló, Matilde. No, olvida el maldito informe, no iré a la oficina.