17 julio 2007

Genesis según YO


Si han de preguntarme cómo fue mi nacimiento responderé que según registro médico fue antes de tiempo. "Sietemesina" es el nombre que le dan; pero, quienes me conocen saben que jamás he llegado temprano a cita alguna ¿cómo habría de ser diferente en mi llegada al mundo? Lo que ni médicos, ni conocidos, saben es que yo fui concebida bajo el fuego y el viento, dos fuerzas adversas que lograron engendrarme dos veces: La primera, producto del deseo instintivo de dos seres que se acercaron para poseerse el uno al otro. Ella, mujer ardiente con un poder sensual latente en lo hondo de su cuerpo que intuía, a través de los aromas, una pasión que le hablaba de sudor, caricias y placer. Él, con la experiencia de los buenos catadores, sabía reconocer a las hembras perfectas. Aquellas que te retan los sentidos, insaciables, que sienten verdaderamente los arrebatos del cuerpo, esas que con su almizcle inundan tus poros, y que llegado el momento arquean su cuerpo entre el quejido y el llanto que lo entrega todo a tu cintura. Un lugar, un dedo, su espalda, dos labios, una sola piel. Tenían hambre el uno del otro. Insaciables. Una furia tormentosa que hizo que los santos cubrieran sus ojos mientras en su boca se dibujaba una corta sonrisa. No se sabía dónde terminaba el cuerpo de uno y comenzaba el del otro. Habían logrado el ser ideal, aquel que un día hizo temblar a los dioses por su poder. Es por eso que dicen que nací prematura, lo que no saben es que, dos meses antes, yacía etérea en el vientre de mi madre esperando un cuerpo a ocupar. Un alma creada por la pasión y el instinto de la piel, el deseo y la gloria del éxtasis, la atracción de los cuerpos que se desean con sólo olerse, rozarse y que al fin de cuentas lo que quieren es tenerse. Pero, ellos no se conformaron con ser perfectos, querían más… querían ser dioses, objetable pecado, y esto sólo se logra enamorándose. Dejaron la piel tendida en el suelo al intentar unir sus caminos para siempre. Grave error quizá ¿Ellos no eran comunes por qué buscar un camino tan simple cómo aquel? Con el amor llegó mi cuerpo y junto a él los temores, desconfianzas y dudas. Para ellos fue una extraña y corta unión, posiblemente, si hubiesen permanecido juntos yo jamás habría existido. Con la firmeza del compromiso llegan las normas, los estatutos, la "fidelidad"; ya no sólo era la piel, eran los momentos, el pensar en el futuro, el ahora y algo más. Con la llegada de lo sólido, lo "real", dio paso a la creación de mi cuerpo mortal; mas, con él llegó la separación, la desconfianza y la ruptura. Al llegar los siete meses necesitaba nacer, ya todo estaba completado y no había nada más qué esperar. Ahora, parte de lo que ellos sintieron y crearon reside en mi, y es por ello que al crecer les brindo honor a través del culto al cuerpo y al placer, alguien que al crecer cree en el Eros en cada una de sus formas de expresión, sea femenina o masculina, y que defiende la independencia del amor. Es indudable la nostalgia de no verlos juntos pero al mismo tiempo me alegro que haya sido así. Mi camino tiene sus olores y sus dolores, cierro los ojos y no hago nada más que agradecer a quien, por un instante, unió sus bocas y su ser.

2 Íncubos o Súcubos:

Anónimo dijo...

Yo recuerdo el día cuando tu mamá y yo te hicimos. Estábamos en Los Teques, en casa de mi tía Flor, a la que consideré como mi segunda madre. Ella nos dio un cuarto para que nos quedáramos a dormir allí. Era un día sábado de mucho frío y neblina.... Cómo lo recuerdo!.... Esa vez, cuando lo hicimos, sabía que algo raro, mágico o extraño había ocurrido esa noche. En lo que a mí respecta, tuve un sutil orgasmo de celestial éxtasis.... !Eras tú, que venciendo todo obstáculo, te abrías paso a este mundo de seres andantes..., aunque algunos pensantes....!

Francisco Pereira dijo...

Palabras sentidas de una hija.
Un Padre colmado de sentidas palabras.
Hermoso pensamiento de una Madre...
Bendita trilogia.
Bendito resulatado de tanto amor.
Padre,madre,hija.